jueves, 6 de marzo de 2014

BACALAO A LA SIDRA AL ESTILO DE NUEVA INGLATERRA


 Para preparar este delicioso plato he utilizado bacalao Skrei o bacalao nómada, así lo llaman los habitantes de Lofoten, un conjunto de islas de Noruega de donde procede este pescado, considerado el mejor bacalao fresco del mundo porque tiene una carne firme y muy blanca, que hacen de este pescado un autentico manjar que solo podemos disfrutar desde febrero hasta abril






Ingredientes:

500 gramos de filetes de bacalao Skrei fresco.

350 gramos de tomates, cortados por la mitad.

100 gramos de champiñones, cortados en laminas.

300 mililitros (algo más de un vaso) de sidra.

Sal y pimienta negra recién molida.

25 gramos de mantequilla.

25 gramos de harina de trigo.

75 gramos de queso duro rallado.






Preparación:

Encendemos el horno a 190º C. Colocamos el bacalao en una fuente de horno engrasada, añadimos los tomates y los champiñones, repartiéndolos por toda la fuente, regamos con la sidra y llevamos al horno durante 15 minutos.

Sacamos del horno, escurrimos el líquido del pescado, reservándolo. Tapamos el bacalao con aluminio para que se mantenga caliente.

Para hacer la salsa: fundimos la mantequilla en un cazo a fuego lento, añadimos la harina y removemos durante 2 minutos, retiramos el cazo del fuego y añadimos el líquido del pescado reservado sin dejar de remover, salpimentamos a nuestro gusto.

Ponemos de nuevo el cazo en el fuego (a fuego medio), dejamos cocer muy lentamente, sin dejar de remover durante 2 minutos.

Vertemos la salsa sobre el bacalao, espolvoreamos con el queso rallado y gratinamos en el horno, en la posición grill durante 5 minutos o hasta que esté dorado.






Notas:

El bacalao Skrei migra cada año para desovar desde las gélidas aguas del Mar de Barents, en el Ártico,  hasta las aguas menos frías de las islas noruegas de Lofoten, para ello tienen que recorrer miles de kilómetros, lo que hace que sus músculos estén más desarrollados, de ahí que su carne sea más firme, con menos grasa y más jugosa que otros bacalaos, le llaman el bacalao pata negra.

El cambio que se produce en el Skrei durante la migración es bastante considerable, antes de migrar mide unos 70 centímetros y pesa entre 3 y 8 kilos, cuando llega a su lugar de destino mide más de un metro y como poco, ha duplicado su peso, un ejemplo del esfuerzo que supone tan dura travesía para estos peces y los convierten en los mejores de su especie.

La llegada a las costas del Skrei supone para sus habitantes todo un acontecimiento (existe una iglesia especifica para los pescadores que data del año 1.103), se celebra con una fiesta, su captura es una tradición milenaria, aunque nosotros tenemos conocimiento de su existencia desde hace poco tiempo.






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